Un viaje (al infinito y mas alla)

Desde muy lejos en el tiempo y el espacio, por intuicion o por casualidad llegue hasta donde estabas.

Resulta que hubo un dia que te tuve cerca (no me acuerdo si fue ayer o hace seis meses. Aunque puede que haya sido en otra vida) y al instante me di cuenta de que eras linda. Se que no soy quien para decirte linda porque a mi me gusta el licuado de banana con leche si tiene nesquick. Y tambien me gusta ponerle jugo de limon a los fideos. Asi que para gustos, los sabores.

Desde ese dia, tambien te vi con remeras de todas, pero todas las tonalidades (nadie se dio cuenta, pero siempre me hice un momentito para mirarte). Rosas, verdes, azules y rojas. Y todas las otras tambien (blancas, negras y fuxias).

Poco tiempo me costo enterarme, porque no paras de hablar, que tenes una voz rara. Una voz que no te sale de la garganta, sino de algun lugar escondido atras de la nariz. Es una voz que dice a medias lo que quiero oir y sin embargo no sabes cuanto me gusta seguir escuchandola. Sobre todo ahora que me parece que cada vez escucho menos.Y con el tiempo se me hicieron musica tus comentarios tontos y los no tontos tambien.

Te cruce subiendo, y te cruce bajando. A veces mas rapido y a veces mas lento. Pero siempre atento a los placeres que destila tu sonrisa. Confieso que no me costo demasiado imaginar tu boca arbitrando una guerra de angeles y demonios. Un poco porque no termino de entender este mundo y otro tanto porque no existen otras bocas como la tuya, asi que con ella, supongo, podes hacer lo que los mortales no son capaces.



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Por lo pronto yo voy a seguir cuidandote, mientras flotas con tu inmortalidad generosa entre el resto de los humanos. En estos dias, y mas que nunca, acordate que no hay que tenerle miedo a nada. Ni siquiera a mi, que soy perseverantemente raro y de otro planeta.